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sábado, 13 de agosto de 2016

PEDRO DEL RIO, EL NIGROMANTE



ANA MARIA SEGHESSO








Pedro del Río había pasado la noche insomne, agitado por pensamientos que no le daban tregua en busca de respuestas que no encontraba en el vasto repertorio de fórmulas religiosas, no obstante hubieran resultado ventajosas para obtener el cargo prestigioso de prelado.









Fue una curiosidad ilimitada la que motivó el origen de sus conocimientos, que incluían diversas ciencias y disciplinas. Autor de tratados de derecho, teología, alquimia y sobre todo de astrología, se había impuesto al mundo cultural de sus contemporáneos como autoridad indiscutible, aunque temida y, en ciertos círculos clericales, duramente censurada.

Además de las ciencias reconocidas y aceptadas por la mayoría, había desarrollado otras, prohibidas por el canon oficial de su investidura religiosa, provocando enconos y maledicencias entre sus enemigos. Estas prácticas las había adquirido a través de viejos documentos, traducidos, interpretados y transformados según su insólita mentalidad o, quizás, por mérito de fuerzas oscuras e incontrolables.







Corrían voces persistentes que su erudición esotérica era fruto de una lucidez intelectual excepcional, manipulada por potencias ocultas que le permitían cumplir acciones extraordinarias, llamadas Magia por la mayoría de sus contemporáneos. Al principio, estos conocimientos lo cautivaron por curiosidad, pero con el paso de los años creció su apetito de omnipotencia hasta convertirse en un endemoniado por controlar los secretos de la naturaleza.

Se aferraba a la idea de que generar cosas admirables puede cumplirse no como consecuencia del deleite venal sino por virtud e iniciativa interior, y se extenuaba en la búsqueda por conocer otros mundos a través de la Magia.








 

Del libro “UNA SESION DE TAROT Y OTROS CUENTOS”

 http://anaseghesso.wix.com/una-sesion-de-tarot